La limpieza es el primer paso esencial para una completa rutina de cuidado facial, y aunque pueda parecer el más sencillo, es necesario, como en el resto de pasos, realizarlo de forma correcta y efectiva. A continuación te contamos qué debes y qué no debes hacer para conseguir un rostro radiante.
SÍ LIMPIAR EL ROSTRO MAÑANA Y NOCHE
Durante la noche, tu piel comienza su proceso de regeneración, y durante el mismo, produce sebo que se acumula sobre tu piel. Eliminando esta grasita, las células muertas y otras impurezas por la mañana, prepararás la piel para la aplicación posterior del serum y tu crema hidratante. Por la noche, es esencial desmaquillarte y limpiar las impurezas y la grasita que se posa sobre la piel por el transcurso del día; lo que evitará la formación de granitos y finas líneas, que inciden en la elasticidad y en la formación de manchas. Confía en nosotros, ¡lo notarás!
NO LIMPIAR EL ROSTRO CON UN JABÓN EN BARRA O JABÓN NORMAL. Una barrita de jabón posee de forma natural un pH alto, siendo demasiado agresivo para la piel de nuestro rostro. Este tipo de jabones ha sido diseñado para limpiar las manos por lo que aplicarlo en el rostro sólo eliminará aceites esenciales para el rostro, dejando una textura demasiado tirante y desagradable.
SÍ ELIGE UNA LIMPIADORA ESPECÍFICA PARA TU TIPO DE PIEL Deberías elegir tu limpiadora según tu tipo de piel. Difícilmente una producto limpiador para todo tipo de pieles, funcione de la misma forma que uno específico. Una leche limpiadora tiene una textura muy rica y cremosa y no genera espuma, lo que es particularmente recomendable para pieles muy secas o maduras. Por otra parte, un limpiador en gel realizará una acción limpiadora y dejará tu piel más suave y mate – ideal para una piel normal o mixta.
NO USAR UNA LIMPIADORA QUE DEJE LA PIEL DE TU ROSTRO SECA O TIRANTE Si tu piel queda muy seca o con sensación de tirantez después de limpiarla, es porque probablemente tu limpiadora está eliminando por completo los aceites naturales del rostro. La gente con piel grasa tiende a buscar esta sensación pero eliminar esta agua de la piel hace que la producción de grasa se acelere para corregir la falta de hidratación.
SÍ MEJORA TU RUTINA DE CUIDADO FACIAL INCLUYENDO UN SISTEMA DE LIMPIEZA FACIAL Estos sistemas de limpieza son efectivos (y eficientes) en limpiar y exfoliar la piel. Simplemente deposita una nuez de tu limpiadora sobre el cabezal, aplica un poquito de agua y masajea en la piel durante 1 minuto. Esto supone que el producto actúa en mayor profundidad para eliminar la suciedad, el maquillaje, las células muertas y las impurezas en los poros. Además mejorar la circulación de la sangre, así que no te extrañes si tu piel resplandece como nunca antes.
NO CUÁNTO MÁS CARA SEA TU LIMPIADORA, MEJOR ES SU RESULTADO En el mundo de la cosmética los precios suelen oscilar bastante. Algunos productos requieren mucha investigación, tests clínicos e ingredientes caros que justifican el precio final, pero otros no. Elige lo que se ajuste a tu piel y a aquello que quieras corregir y elige un producto en base a estas pautas.
SÍ SIEMPRE TÓNICO El segundo paso en tu rutina de cuidado facial debería ser el tónico, un producto que se aplica con un algodoncito. El tónico ha sido diseñado para eliminar cualquier tipo de impureza que haya podido permanecer en el rostro incluso tras la limpiadora. Además minimiza la apariencia de los poros, equilibra los niveles de pH de la piel y la prepara para los productos que vamos a aplicar a continuación.
NO USAR AGUA DEMASIADO CALIENTE Aunque pueda parecer una sensación muy relajante, la verdad es reseca la piel en exceso. Por eso es recomendable siempre tibia e incluso tirando a fría.
TEXTO: SOPHIA MARINHO DE LEMOS FOTOGRAFÍA: KRISTINE WREYFORD, FOTOLIA ORIFLAME
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