A veces nos olvidamos que nuestro cuerpo presenta también distintas necesidades según su tipo de piel. Utilizar un jabón genérico si lo que buscamos es una buena limpieza no es lo más adecuado pero, ¿cómo saber cuál es el gel más adecuado a la hora de ducharse? ¡Te ayudamos a tomar la mejor decisión!
PIEL SECA A nadie le gusta presumir de una piel seca como la lija. A la hora de elegir un gel para piel seca es recomendable optar por uno cremoso para prevenir una mayor sequedad. Un gel cremoso suele ser más delicado y no contiene agentes jabonosos que la pueden resecar. Busca en su fórmula ingredientes acondicionadores como el aceite de oliva, el aloe vera o la miel y agentes hidratantes como las Vitaminas A, B1 o E.
Una loción corporal también puede ser la clave pero, para una hidratación definitiva sería ideal pensar incluso en hidratar el cuerpo antes de la ducha. Puede resultar tentado exfoliarse con frecuencia para eliminar las células muertas y la descamación, pero con esto sólo conseguirás que la piel se seque aún más. En su lugar, realiza suaves exfoliaciones con un guante exfoliante, una esponja o un cepillo de ducha cada 3 días para activar la circulación y potenciar la luminosidad de la piel.
PIEL APAGADA Los climas más áridos, los hábitos alimenticios poco saludables o la falta de vitaminas son los causantes de la falta de luminosidad de la piel. Son tres los factores clave que puedes tener en cuenta para dotar a tu piel de un plus de frescura: beber suficiente agua, exfoliarse la piel e hidratarla. Una exfoliación regular purifica las capas superficiales de la piel revelando su luminosidad. Puedes comenzar el día activando su circulación con un cepillo exfoliante y continuar con un gel con ingredientes revitalizantes como la Fresa o la Lima. Completa sus cuidados con una loción hidratante o aún más, añadiendo unas gotas de aceite corporal en tu mano para potenciar su suavidad.
PIEL SENSIBLE
Un exceso de sequedad, alergias o eccemas son problemas comunes de aquellas personas con piel sensible. Algunos días incluso puede parecer que se agrieta pero no temas: existen remedios para evitar las irritaciones. En primer lugar, evita las lociones y los geles extremadamente perfumados y busca fórmulas cremosas, suaves y con pH neutro. Una crema de ducha con aguacate puede ser buena elección ya que contiene ácidos grasos, antioxidantes y vitaminas. También puedes elegir un gel con aceites hidratantes como el aceite de almendras que es delicado con la piel y la nutre en profundidad. Tras la ducha, termina siempre con una loción hidratante que la equilibre.
PIEL GRASA Quizá has podido pensar en algún momento que el exceso de grasa de tu piel pudiera ser beneficioso. Desafortunadamente, sólo provoca la aparición de imperfecciones y granitos no deseados si no la tratas adecuadamente. Muchas personas con tendencia a la piel grasa tienden a lavarse una y otra vez con productos con mucho alcohol que sólo desencadena una producción aún mayor de grasa. La producción de sebo se debe a factores genéticos y hormonales así que eso significa que la grasa de la piel no significa únicamente suciedad. No conseguirás eliminar el exceso de grasa con todos los productos limpiadores del planeta si no consigues encontrar un gel que la limpie correctamente sin aportarle un extra de grasa, Busca geles de ducha ligeros que exfolien muy suavemente para ayudar a reducir las imperfecciones, desobstruir los poros y eliminar las células muertas. Un ingrediente efectivo es la Menta, que revitaliza la piel, o la Frambuesa que contiene antioxidantes y Vitamina C, mientras que otros como la Lavanda puede ayudar a equilibrar los niveles hormonales. La Lavanda además, aporta una suave esencia que relaja los sentidos y te hará disfrutar aún más de tu baño.
TEXTO: REBECCA FRISK BENGTSSON FOTOGRAFÍA: ORIFLAME
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